Es inevitable que, con el paso del tiempo, aparezcan arrugas en el rostro; este problema estético suele afectar de manera negativa la vida de muchas personas que desean una piel lo más lisa y radiante posible.
El tratamiento principal y más usado para resolver el problema de las arrugas dinámicas en la cara es la toxina botulínica (comercialmente llamada «Botox»).
Pese a ser muy conocido en la actualidad, hay personas que siguen con dudas sobre el botox; es por eso que en este artículo te enterarás de todo lo relacionado con este interesante tratamiento.
Hablemos del botox y de la toxina botulínica
La toxina botulínica tipo A (BoNT/A) es una neurotoxina producida por la bacteria Clostridium botulinum. Esta toxina afecta la transmisión de la señal nerviosa a través de la unión neuromuscular, donde inhibe la liberación de acetilcolina, un neurotransmisor clave en la contracción muscular.
Como resultado, la toxina produce una parálisis muscular localizada que puede ser utilizada terapéuticamente para tratar diversas enfermedades neuromusculares, así como para fines estéticos.
La BoNT/A fue descubierta en la década de 1970 por el oftalmólogo Alan B. Scott, quien estaba buscando una cura para sus pacientes con estrabismo. Durante sus investigaciones, Scott descubrió que inyectando determinadas cantidades diluidas de esta toxina era posible relajar los músculos oculares de forma rápida, selectiva y temporal, con lo que podía corregir el estrabismo.
En la década de 1980 la dermatóloga Jean Carruthers y su esposo, el oftalmólogo Alastair Carruthers, ya con el conocimiento sobre los mecanismos de acción y múltiples pacientes tratados en patología ocular (blefaroespasmo y estrabismo) comenzaron a experimentar con la BoNT/A para tratar arrugas faciales. Después de varios ensayos clínicos, los investigadores descubrieron que la BoNT/A era efectiva para tratar las líneas de expresión y las arrugas faciales del tercio superior. (3)
La BoNT/A fue autorizada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para su uso en el tratamiento del estrabismo y el blefaroespasmo en 1989. En 2002, la FDA también autorizó el uso de BoNT/A para el tratamiento temporal de las arrugas faciales moderadas a severas entre las cejas en adultos menores de 65 años.
Desde entonces ha sido autorizada para su uso en otras afecciones médicas y estéticas, como la hiperhidrosis axilar, la migraña crónica y la espasticidad. Cada marca de toxina botulínica aprobada por la FDA tiene sus propias indicaciones específicas de uso y restricciones
Clínicamente, la BoNT/A se utiliza para tratar una variedad de afecciones. Algunos de sus usos clínicos son: enfermedades neurológicas (secuelas motoras posteriores a accidentes cerebrovasculares, cefaleas migrañosas, etc.), trastornos musculares que causan espasmos involuntarios (blefaroespasmo, espasmo hemifacial, etc.), estrabismo y sudoración excesiva (hiperhidrosis, bromhidrosis).
En cuanto a su uso estético, es utilizada para tratar arrugas faciales y además se aplica para tratar otras afecciones (rosácea, acné, melasma, etc.).
¿Cómo funciona la toxina botulínica?
Para comprender cómo actúa la toxina botulínica en la piel del rostro del paciente, es necesario identificar los dos tipos de arrugas que hay:
Arrugas estáticas: Son causadas por la degradación de los tejidos y la pérdida de colágeno, es decir, son producidas por el envejecimiento natural.
Arrugas dinámicas: Este tipo de arrugas son consecuencia de hacer movimientos o expresiones faciales de forma repetitiva durante mucho tiempo. Generalmente son bastante notorias si hay una expresión facial relajada.
La toxina botulínica actúa paralizando algo de la actividad de ciertos músculos faciales, esto ocasiona que se limiten las expresiones y se retrase la formación de arrugas dinámicas o arrugas de expresión. Esta acción resulta muy útil a la hora de retrasar los efectos del envejecimiento o aparición de arrugas.
Si el tratamiento se ejecuta correctamente, el paciente podrá seguir moviendo el rostro de forma natural, pero de una manera menos intensa o exagerada, lo que evitará la formación de arrugas en la piel.
El bótox puede hacer que las líneas de expresión se borren gradualmente, ya que el paciente tendrá una expresión facial más relajada.
Los efectos de la toxina botulínica no son permanentes, por lo tanto, si una persona quiere mantener sus efectos, debe someterse a su aplicación varias veces.
La duración media de los efectos de un tratamiento con bótox es de 4 a 6 meses, sin embargo, existen pacientes donde los efectos se mantienen únicamente durante 2 meses.
Después de este período, los pacientes que deseen seguir obteniendo los efectos rejuvenecedores del bótox, deben esperar otros tres meses antes de volver a aplicar la terapia.
Pregunta muy frecuente en la consulta y también por redes sociales:
¿Es aconsejable aplicar toxina botulínica en los labios?
Las personas que inyectan sus labios lo hacen con el fin de aumentar el volumen, en ese caso, la toxina botulínica no es la opción correcta, ya que, entre sus características no encontramos nada que tenga que ver con añadir volumen.
Si lo que deseas es aumentar el volumen de los labios, existen productos creados específicamente para ello, por ejemplo el ácido hialurónico.
Consigue una piel más joven con ayuda de la toxina botulínica
El tratamiento con toxina botulínica es el número uno para conseguir una piel joven, sin arrugas, radiante y relajada sin perder expresividad.
Después del tratamiento, tu rostro se verá más joven y relajado; el rango de duración de los efectos del tratamiento va de 4 a 6 meses aproximadamente.
¿Quiénes pueden someterse al tratamiento con inyecciones de toxina botulínica?
Para someterte al tratamiento con bótox, debes gozar de buena salud y tener al menos 20 años. Algunas personas que no deberían recibir las inyecciones son:
- Quienes tienen trastornos neuromusculares, como (como esclerosis múltiple o miastenia grave)
- Mujeres en estado de embarazo o amamantando.
- Pacientes con debilidad en algunos músculos faciales
- Pacientes con problemas en la piel cercana al lugar de la inyección
Si planeas recibir inyecciones de toxina botulínica, informale a tu doctor sobre tus antecedentes médicos y cualquier vitamina o suplemento que estés consumiendo; todo esto es con el fin de llevar a cabo el proceso de la forma más segura posible.
Riesgos y efectos secundarios del bótox
Aplicar Bótox con fines estéticos puede tener consecuencias negativas, más aún si el proceso no lo realiza un profesional.
Las inyecciones de bótox debajo del cuello son contraindicadas por los expertos.
Las mujeres embarazadas tampoco deben someterse a este tratamiento, así como las personas alérgicas a la neurotoxina o sus excipientes.
El procedimiento es contraindicado para menores de 20 años y mayores de 65 años.
Entre los efectos secundarios más conocidos encontramos: Dolor de cabeza, náuseas, inflamación y parálisis facial. Muy raramente los pacientes experimentan problemas para hablar, tragar o respirar.
Hay pacientes que experimentan pesadez en los párpados, este efecto secundario no es muy común y suele desaparecer naturalmente dentro de las tres semanas posteriores al inicio del tratamiento.
Una dosis baja es más segura y representa menos posibilidades de experimentar los indeseables efectos secundarios del bótox.
Finalmente, si te vas a someter al tratamiento, busca a un experto confiable, ¡tu salud es lo más importante!