Los niños, debido a características físicas y comportamentales, son uno de los grupos considerados de riesgo respecto a la exposición solar y sus consecuencias. Dado que muchos de ellos no son conscientes de este riesgo, como adultos debemos conocerlos y extremar las medidas de fotoprotección.
Las quemaduras solares, la inmunodepresión, el fotoenvejecimiento y la fotocarcinogénesis son algunos de los efectos adversos más importantes de la radiación solar ultravioleta (RUV) en el ser humano. Durante todo el año estamos expuestos a la RUV pero durante los meses de verano, el índice de RUV aumenta potenciando los daños.
Según la OMS, «el cáncer cutáneo es el tipo de cáncer más frecuente en el mundo y la incidencia de melanoma se está incrementando a mayor velocidad que cualquier otra neoplasia maligna».
Los niños son un grupo poblacional de especial vulnerabilidad debido a que en ellos la exposición solar tiene efectos biológicos más pronunciados en comparación con los adultos y, en parte, la gran mayoría son por las características especiales de su piel.
Características a considerar de la piel de los niños:
Hay una capacidad reducida de síntesis de melanina protectora (en especial menores de 3 años).
Presentan un estrato corneo (capa más externa de la piel) más fino, menos compacto y más hidratado.
Menor actividad de las glándulas sudoríparas y sebáceas que intervienen en la regulación de la temperatura corporal, una función poco desarrollada a esta edad.
Presentan una mayor concentración de células basales pruripotenciales (madre) en la piel que son más susceptibles a mutaciones inducidas por la RUV.
Desarrollan quemaduras solares más fácilmente que los adultos, debido a su piel más delgada, una mayor tasa de absorción percutánea y pérdida transepidermica de agua (TEWL – Transepidermal water loss).
Por otro lado, la infancia es un periodo crítico de gran exposición solar debido a actividades recreacionales, deportivas o educativas que amplifican el desarrollo de fotodaño y fotocarcinogénesis. En un estudio reciente se estimó que entre los 18 y 20 años se recibe del 40-50% de la exposición solar de toda la exposición que se acumulará hasta los 60 años.
Tener una quemadura solar durante la infancia casi duplica el riesgo de desarrollar melanoma cutáneo en adultos.
¿Cómo protegemos la piel de los niños?
La estrategia más importante para la fotoprotección de los niños son las modificaciones de comportamiento y hábitos relacionados con la exposición al sol a todos los niveles (colegio, sociedad, familia, etc.). El recurso de la sombra, la reducción del tiempo total de exposición al sol y la protección física (ropa, sombreros y lentes de sol) representan las mejores y menos costosas estrategias de fotoprotección.
Los fotoprotectores deben incorporarse a la rutina diaria de los niños desde pequeños, de la misma manera que los adultos y deben cumplir una serie de requisitos que los hagan eficaces, seguros y comprometidos con el medio ambiente.
Se ha calculado que el uso regular de protector solar durante los primeros 18 años de vida reduciría la incidencia de carcinomas cutáneos de células escamosas en un 78%.
Recomendaciones para la fotoprotección infantil
Niños mayores a 6 meses:
Medidas de fotoprotección física (ropa, sombrero y lentes).
Evitar la exposición solar en horas centrales del día (11-16hs)
Utilizar un protector solar water resistant de amplio espectro (UVB, UVA, IR, luz visible) con un FPS 30 o mayor. En niños muy pequeños si es posible con tecnología safe-eye (no genera picor en los ojos).
Aplicar protector solar en cantidad y tiempo suficiente. Como regla general, se deben aplicar dos dedos por zona corporal cubriendo todas las superficies expuestas 10-20 minutos antes de la exposición y reaplicarse cada 2-3 horas si se encuentran al aire libre.
Utilizar protector solar específico para los labios.
Niños menores a 6 meses:
La mayoría de las organizaciones, como la Academia Estadounidense de Pediatría, Academia Estadounidense de Dermatología y la FDA de los Estados Unidos recomiendan mantenerlos fuera de luz solar directa como la medida de fotoprotección más apropiada. El Colegio Australiano de Dermatólogos y el Consejo de Cáncer de Australia desaconsejan exponer a los bebés menores de 12 meses al sol directo cuando los niveles de índice RUV alcanzan 3 o más.
Se aconsejan medidas de fotoprotección física evitando los protectores solares en crema.
Fuentes bibliográficas
Garnacho Saucedo GM, Salido Vallejo R, Moreno Giménez JC. Efectos de la radiación solar y actualización en fotoprotección [Effects of solar radiation and an update on photoprotection]. An Pediatr (Engl Ed). 2020 Jun;92(6):377.e1-377.e9. Spanish. doi: 10.1016/j.anpedi.2020.04.014. Epub 2020 Jun 6. PMID: 32513601.
Recuperado de: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32513601/